El suministro de agua para laboratorios, en todas las escalas y necesidades, están cubiertas por nuestras soluciones que brindan innovación y calidad uniforme del agua como reactivo.

Los grados de calidad del agua de laboratorio se definen mediante normas de calidad, como la ASTM o la ISO 3696, que contribuyen a garantizar que se está utilizando la calidad correcta del agua para aplicaciones específicas. Las normas también consideran el coste de producción, ya que el agua ultrapura de tipo I es más cara de producir que el agua purificada de tipo II o de tipo III.

El agua de tipo III es el agua de grado inferior y se produce por ósmosis inversa (RO). El agua de RO se recomienda para aplicaciones de laboratorio no críticas, como el enjuague del material de vidrio, los baños María, los autoclaves y como abastecimiento para los sistemas de agua de tipo I.

El agua purificada de tipo II se recomienda para los usos generales en el laboratorio, como preparar buffers, reactivos y medios de cultivo, y como abastecimiento para otros equipos (por ejemplo, los sistemas de tipo I, los analizadores clínicos, las lavadoras, las cámaras de análisis de estabilidad, etc.). Nuestros sistemas de tipo II incorporan la ecológica tecnología de electrodesionización (EDI) Elix® que produce agua purificada de calidad constante al tiempo que elimina la necesidad de peligrosos procedimientos de regeneración química, costosas resinas, cambio de cartuchos DI y adición de descalcificadores.

El agua ultrapura de tipo I carece de iones (resistividad de 18,2 MΩ·cm) y tiene un bajo contenido de carbono orgánico total (TOC). Se recomienda el uso de agua ultrapura para aplicaciones sensibles de laboratorio, como técnicas analíticas avanzadas (p. ej. HPLC, UHPLC, LC-MS, ICP-MS, GF-AAS) o aplicaciones de biología molecular (p. ej. PCR, secuenciación) y para preparar tampones y medios de cultivo para el cultivo de células de mamífero.

El agua de calidad analítica para laboratorio clínico (CLRW) cumple las normas de calidad descritas en la directriz del Clinical and Laboratory Standards Institute (CLSI®), que define la pureza del agua en los laboratorios clínicos (resistividad > 10 MΩ·cm; TOC < 500 ppb; bacterias < 10 ufc/ml; filtración de partículas > 0,22 μm).

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