Un componente integral de la seguridad alimentaria es la verificación de la eficacia de limpieza y saneamiento. Los sistemas que permiten liberar líneas en pocos segundos pueden ser en base a la determinación de la presencia de material orgánico – por medio de bioluminiscencia de ATP – o por presencia de trazas de proteínas.
Estas herramientas son fundamentales para complementar y cumplir con los prerrequisitos de HACCP.